31 octubre 2008


Ojala existiera ese lugar, donde el tiempo no pasa, donde el miedo no existe, donde el amor se aferra. Ese lugar donde el alma vive para siempre, donde jamás se crece, donde las promesas se recuerdan y se cumple, donde las palabras no lastiman. Ese lugar donde el tiempo ya no importa, y el mismísimo lugar importa mucho menos que cualquier cosa. Ese lugar en el que las lágrimas son provocadas, pura y exclusivamente por la felicidad. Ese lugar en el que no existe el odio, ni la maldad. Donde uno puede vivir sin miedo a perder el camino, lugar en el que obviamente hay que luchar, pero nos transmite la seguridad suficiente para confiar en lo que podemos llegar a lograr y tener seguridad interior. Ese lugar en el cual todo es correspondido, donde nadie te ignora. Tú hablas y contestan. Tú amas y eres amado. Tú esperas, y luego encuentras una maravillosa sorpresa.

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